Crónica V Maratón del Hierro

Ya estoy en Orense después de una semana bastante movida.

Aprovechamos los días anteriores a la carrera para ver un poco la isla y aparte de ver un par de puntos del recorrido poco más sabíamos de el, que el perfil que teníamos de la carrera.

Lo que más me sorprendió de esta isla es lo montañosa que es y sobre toda lo escarpado del terreno. Sabíamos que iba a ser una carrera dura, pero nunca pensé que hasta tal punto.

El sábado nos levantamos a las 7:30 de la mañana para tomar rumbo a la plaza del Tigaday. Desde allí Losada y los demás participantes de la maratón tendrían una salida neutralizada de 800m hasta que empezase la carrera de verdad. Los 2 primeros km son completamente llanos. Después de este ligero calentamiento comenzaba una subida de poco más de 5km con tramos bastante duros ( incluída una rampa de 300m al 60%)

Después de un pequeño descanso llegamos al km 8 y desde ahí a Sabinosa son 7 km de bajada constante con un pequeño repecho en el medio. En los últimos 3 km de bajada se descienden 500m.

Eran las 10 cuando vimos aparecer por ese sendero a Miguel Heras. Estaba bajando el record de la prueba, pero como ya había advertido venía lesionado y en ese punto se retiró. Después de pasar unos 40 corredores de la maratón se dió la salida de nuestra carrera.

Eran las 10:15 pasadas y la gente salió como si fuese hacer una milla. Lo primero que nos esperaba era una

subida de 2,5 km con un desnivel 560m donde solo cabía una persona además de que el sendero era de piedra volcánica. Particularmente tardé casi media hora en hacer ese trozo.

Una vez que llegamos a la cima, teníamos poco más de 2 km que era la única zona donde se podía correr bien ( lo más rápido que fuí aquí fue a 4´20´´ acusando un poco el esfuerzo anterior e intentando recuperarme de un pequeño punto que me diera).

Desde ese punto hasta la Ermita de los Reyes teníamos 3 km siempre en ligero ascenso por las sabinas de la isla. En esta zona me tocó mi cita ineludible con el extravió auque esta vez solo cedí 15´´ en la maniobra
.

En la Ermita, aquí Nati me dió un tubo de magnesio que falta me hizo después, ya empezaba la subida de verdad. Hasta llegar a Malpaso (1501m) nos quedaban 10km en continua ascensión con solo dos tramos de 500m que se podría decir que eran medio lisos. Esta zona es la más dura de la carrera, sobre todo a tenor de la gente que fui adelantando hasta la cima. Lo que peor se lleva es el ver una montaña tras otra y que nunca sea la cumbre.

Una vez coronado iniciamos un ligero descenso y empezamos 3km de sube baja siendo el último km un terreno de gravilla donde por más que quisieras se te hundían los pies y no los levantabas. En este punto empecé a sufirir algún calambre que por suerte se me pasaron en pocos minutos.

La carrera ya estaba casi terminada y aunque lo más duro ya había pasado nos quedaban 5km de descenso vertical en el que haríamos 1100m de desnivel en 4 km con una zona muy técnica. Toda la bajada la hice en compañía de Esteban.

Cuando nos quedaba menos de 1km entramos en la zona de asfalto y eso lo notaron mis piernas que parecía que no estaban dispuestas a correr más. Después de hablar entre nosotros decidimos entrar juntos en meta pues estuvieramos toda la carrera el uno con el otro.

Lo único malo de esta decisión es que estábamos el 3º y el 4º y se puede decir que pesdués de 27km de dura lucha he perdido un podium por media zapatilla.

Lo bueno, es que voy viendo todos los progresos que estoy haciendo en estas carreras, que no hubo lesiones y que se disfrutó de un a gran carrera con unas vistas preciosas (menos mal que las vi antes que ahí no tuve tiempo)

En definitiva, os animo a que si disponeis de un par de días os animeis con esta carrera. Es bastante dura con zonas muy técnicas y subidas y bajadas que en pocos sitios vereis.

Por otro lado dar la enhorabuena a Losada que consiguió el 3 puesto de su categoría en la Maratón. Y sobre todo dar las gracias a Pili y Nati que nos estuvieron aguantando todo el viaje de un lado para el otro y sin ellas muchas veces no haríamos ni la mitad.

Diego Martínez y Esteban García