Después de una semana en la que hice pocos entrenos, el domingo me acerqué hasta Castro de Escuadro para participar en la 4ª edición del Desafío San Mamede.
El día amanecía despejado y con calorcito por lo que la dureza de la carrera se iba a ver incrementada por ello.
Llegamos a la zona de salida y después de los pertinentes saludos y las distintas fotos (eramos 12 corredores del club) nos preparamos para empezar a correr.
El disparo de salida nos coge desprevenidos a todos y salimos demasiado acelerados. Desde un principio noto que las piernas no están bien y esa sensación se va agrandando con el paso de los km.
Después de 6 km empieza la parte más dura de la subida y me pasan unos cuantos corredores. Intento mantener el ritmo como puedo, cojo unos palos para ayudarme, pero parece que no tengo fuerza en las piernas.
En la subida a la capilla se me va 100 m el grupo que me acaba de pasar. Mantengo el ritmo como puedo y en el avituallamiento antes de la bajada los dejo mientras se reponen.
Desde aquí intento soltar algo las piernas para correr más cómodo pero tampoco van en terreno favorable. Me doy cuenta de que no va a ir a mejor por lo que intento llegar a meta sin gastar demasiado y pasar la carrera como se pueda.
En la zona más técnica intento no cargarme demasiado y no fuerzo con la intención de llegar entero a la parte más favorable. Cuando faltan 6 km veo a Nati y me da ánimos. Sigo corriendo como puedo y cada vez estoy más cerca de acabar. Ya está casi hecha la carrera pero todavía queda el último repecho que siempre se hace interminable. Me junto con Santi y entramos los dos juntos.
Ahora toca hacer unos rodajes suaves esta semana y el sábado nos vamos dirección Zegama
Lo mejor es que después de un día malo en el que no me apetecía seguir corriendo me supe rehacer y acabé la carrera, además analizando los tiempos del año pasado y de este, a pesar de empeorar 4´ el tiempo total, la zona de subida la hice en 4´ menos estando mal.
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